sexta-feira, 19 de novembro de 2010

El impacto de la madurez cristiana


En el final del Evangelio de Juan, hay una historia cuya imagen, como puedo ver, es más o menos así:

"Pedro estaba pescando, trabajando, como lo hacen cuando las cosas van mal en el llamado. Em efecto, lo que se creía que era el hombre enviado por Dios para cambiar las cosas en la tierra, había muerto. El Maestro estaba muerto y lo puso en una cruz y ahora, todo lo que había estado involucrado en la construcción se derrumbó como un castillo de arena soplada por la ola del mar.

Pedro entonces va a pescar! Dedíquese a su trabajo, porque no hay ninguna razón lógica para dedicar a esta causa del Evangelio, ya que su fundador murió.
Game over!

Sin embargo, en un intento de volver al antiguo puesto de trabajo, aunque había recibido la profecia de que ya no era um pescador de peces, sino de los hombres, era un sostén de la familia y como tal tuvo que mantener, mantenerse en movimiento.
Es ahí donde aparece Jesús, resucitado en el margen. Pedro, que estaba desnudo, todo torpe, poner un poco de ropa y se tira al mar, nada como un loco, dando golpes para cumplir con el Señor."

Jesús entra en un diálogo sencillo y directo, y mientras "profunda" con su discípulo.
Pregunta 3 veces: Pedro, me amas?

Desconcertado, sin saber cómo responder, y aún mucha incertidumbre en su voz y la elección de sus palabras, dice: Sí, Te amo, Jesús!

Pedro, una vez audaz, lleno de fuerza interior, creyendo que sus acciones y palabras, se encuentra ahora ante el Mesías, hablando con un tono de voz diferente. Ya no tenía el mismo ímpetu que decir esas palabras tan profundas y poner en peligro dicho antes que con tanta facilidad.

¿Qué ha cambiado en la vida de alguien que dijo sin pensar, yo me muero contigo; yo mato por ti, siempre estaré con ustedes, el Señor es quien tiene la palabra eterna?
Lo que cambió fue el hecho de que Pedro ya conocía el precio que se trate "seguir a Jesús, tomar la cruz y negarse a sí mismo."

Días antes, se sentía de primera mano el temor a la persecución, el terror de ser acusado por los grandes líderes de su religión y el peligro inminente de ser detenido, o muere "de verdad" a causa de Jesús. La situación se salió del discurso y habían seguido a los golpes.
Tengo em este ejemplo una conclusión importante para nossotros, hoy en día. La Iglesia de hoy está llena de gente que llora mucho, siendo muy discursivo pero en el momento de "la acción" no sé si para quedarse con las palabras que dijo.
En nuestros servicios, la gente hace promesas, declaraciones, en medio de la alabanza y la adoración y la emoción que rodea, dicen palabras fuertes de la devoción por el Señor, pero, difícilmente se establecerão.

Muchos dicen que van a las naciones, por ejemplo, que hará lo que sea necesario, que va a morir por el Maestro, que estaría renunciando a todas las cosas que le siguen, cantando en la noche del domingo.

¿ Hermanos, cuando vamos a madurar?

Un día, cuando tenemos la amarga experiencia de ver lo buenos que somos en nuestros discursos, hablando mucho y actuando muy poco, estamos, en el fondo, como grandes farsantes espirituales, gritando palabras de extrema devoción, pero, cuando se nos ponen a prueba, estamos desnudos, experimentando la vergüenza delante de Dios.

Siguiendo con el texto, Jesús dice de Pedro que cuando era joven se vistió y se fue donde quería, pero cuando era viejo, otro le tomaria para llevarlo a lugares que no le gustaría ir. Se trataba de una definición de su muerte para glorificar a Dios y que es una revelación para nosotros en estos días.

Cuando maduran, cuando dejamos de ser niños espirituales és cuando Dios plenamente establecerá su proyecto en nosotros. Esto és cuando morimos, tomamos nuestra cruz e empezamos a vivir la vida de Jesús y no nuestra propia vida.

rafa

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